El clima es una factor fundamental que afecta a nuestras vidas y a nuestra salud. Aún y así, la mayoría de veces no lo tenemos en cuenta y no somos capaces de adaptarnos al él. La climatología afecta a nuestro cabello y a todo nuestro organismo. Por ejemplo, en un clima frío y seco las probabilidades de tener alguna afección respiratoria aumentan frente a los climas húmedos.

El cabello no necesita los mismos cuidados en invierno que en verano ni se comporta de la misma manera en ambas estaciones. Tampoco reacciona igual en días de otoño lluviosos que en primavera o en un agosto seco. Lo que está claro, es que el clima afecta al cabello y, si no lo cuidamos puede estropearse.

El cabello en invierno

El frío es uno de los factores más agresivos para nuestro cabello en invierno por diversos motivos:

  • Durante el invierno el cabello está expuesto a cambios bruscos de temperatura. El paso de un interior con calefacción y ambiente seco a un lugar exterior con temperaturas muy frías y húmedo, afecta. Esto provoca encrespamiento, sequedad, pérdida de brillo, etc. Esto junto con el uso de prendas como gorros, bufandas,  provocan también una mayor carga de electricidad estática.
  • Las bajas temperaturas y el aire frío en invierno provocan desprendimientos de la cutícula; la capa externa encargada de proteger el pelo y mantener la humedad.
  • Abuso del secador y de otros tipos de secado agresivos más que en verano, potencia los efectos de los contrastes de temperatura en el cabello.

cabello en invierno

La manera de evitar o minimizar los efectos del invierno en nuestro cabello es nutrir nuestro pelo. De esta forma tendrá las defensas necesarias para hacer frente al frío y la humedad. Para ello debemos hacer un buen uso de acondicionadores y champús que lo nutran. Además, igual que en verano usamos mascarillas para protegerlo del sol, en los meses más fríos también hay que usar estos productos.

El cabello en verano

En verano estamos más tiempo al aire libre y el principal enemigo de nuestro cabello es el calor y el sol. Tanto el calor excesivo y continuo como la exposición solar prolongada provocan la deshidratación de nuestro pelo. Así, pierde brillo y volumen y hace que nuestro cabello permanezca sin vida y apagado.

El cloro de las piscinas y el mar también suponen factores añadidos que resecan y dañan el pelo. Se puede incluso llegar a cambiar la coloración de nuestro pelo. En el caso del verano el uso de secadores y planchas de alisado es menos frecuente. Pero el uso de recogidos, colas y trenzas es más habitual y también son componentes agresivos mecánicos para nuestro cabello.

Por todo esto, durante el verano es muy aconsejable el uso de mascarillas protectoras, nutritivas e hidratantes. También es conveniente usar un champú que se adecue a nuestras necesidades capilares. Lo verdaderamente importante es saber aportar a nuestro pelo lo que necesita para protegerse frente a las inclemencias del tiempo. Mantenerlo hidratado y nutrido es de vital importancia para nuestra salud capilar.

Las Fibras capilares de keratina de KMax son 100% naturales y se pueden usar tanto en invierno como en verano e independientemente de las condiciones meteorológicas, ya que KMax dispone de un fijador extra fuerte para condiciones más extremas como la lluvia, el viento, etc.

 

CEO K-Max España y Técnico en soluciones Capilares at K-Max España
Es la 3ª generación de una familia dedicada a la peluquería y el estilismo.

Con más de 25 años de experiencia en activo, es técnico especializado en soluciones capilares y un destacado formador, impartiendo sus conocimientos a cientos de profesionales de la peluquería.
Oscar Guisado
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